De dónde provienen las aguas subterráneas

A menudo se nos olvida, o pasa desapercibida, la procedencia de las aguas subterráneas, como si tuvieran un origen mágico y sus recursos fueran inagotables. Pero, ¿de dónde procede el agua subterránea?

De dónde proviene el agua subterránea

Si nos paramos a pensar simplemente un segundo, la respuesta al título de este artículo es muy sencilla porque las aguas subterráneas solo pueden proceder de un lugar, del agua de las precipitaciones. Es verdad, y debemos mencionarlo, que existe una excepción que son aguas que proceden del interior de la tierra y que nunca han estado en la superficie formando parte del ciclo hidrogeológico. A estas aguas se les denomina aguas juveniles y son casos totalmente insólitos.

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Como el origen de las aguas subterránea es el agua de lluvia, se puede llegar a la siguiente conclusión de forma sencilla: si no llueve no se recargan los acuíferos. Esta obviedad es olvidada por multitud de beneficiarios de los recursos hídricos del subsuelo, sobrexplotando los mismos y cada año encontrándose el nivel de las aguas de esos acuíferos un poquito más bajo.

Como decía el humorista José Mota: “las gallinas que entran por la que salen”, y eso es lo que deberíamos hacer, aunque en muchos de los acuíferos de la geografía salen más gallinas que las que entran, fundamentalmente por dos motivos muy claros y básicos: cada vez llueve menos y se extrae más agua del subsuelo.

Como decía el humorista José Mota: “las gallinas que entran por la que salen”, y eso es lo que deberíamos hacer, aunque en muchos de los acuíferos de la geografía salen más gallinas que las que entran, fundamentalmente por dos motivos muy claros y básicos: cada vez llueve menos y se extrae más agua del subsuelo.

El futuro que nos espera

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El futuro de los acuíferos sobreexplotados será su desaparición. Tendremos una formación porosa y permeable, pero a la que le han desaparecido las reservas.

Tenemos que entender que, dependiendo del acuífero, una gota de lluvia puede tardar días —y hasta meses, años, siglos y, a veces, ¡milenios!— en llegar a formar parte del mismo, según las características geológicas del medio que tiene que atravesar esa gota.

Cuidemos nuestras aguas subterráneas con esa palabra tan bonita y tan de moda y a la vez tan difícil de poner en práctica: SOSTENIBILIDAD. O… “las gallinas que entran por las que salen”.